Ha llovido mucho desde la anterior entrada, fechada en junio.
La primera editorial que contacto con el ahora escribiente, de la que no daré detalles, era un poco peculiar en la transmisión de información. Además, las condiciones del contrato me causaron cierta irritación en un ojo (tampoco diré detalles sobre qué ojo).
La segunda editorial que tuvo a bien establecer comunicación conmigo fue la definitiva. Ediciones Hades confió en el rocambolesco relato que le envié via mail y todo lo demás vino rodado.
El proceso de pulir el texto, reordenar capitulos, maquetar, confeccionar portada, volver a pulir el texto y mil temas adicionales, se desarrolló con gran presteza y profesionalidad.